miércoles, 12 de octubre de 2011

La delgada linea roja

Pocas batallas hay en la Historia que hayan pasado a la posteridad como hechos trascendentales para su momento. Podemos mencionar Waterloo, Crecy, Poitiers, Termópilas, el desembarco de Normandía,... Pero hay una que me gustaría destacar porque incluye dos de los hechos de armas que han pasado al conocimiento colectivo: la batalla de Balaclava.

Nos encontramos en la Guerra de Crimea (1853-1856) entre el Imperio británico y sus aliados frente al Imperio ruso por el interés de estos últimos en lograr una salida al Mediterráneo. En la segunda mitad de 1854, los aliados buscarán derrotar la principal base naval rusa en el sur: la ciudad de Sebastopol (de hecho, su caida tras 11 meses de asedio pone fin a la guerra).

En los meses previos al asedio se desarrolla una batalla cerca del puerto de Balaclava, empleado por los aliados para el desembarco de suministros. La intención rusa era recuperar ese puerto y dificultar la llegada de los aliados, mientras que éstos buscaban defenderlo a toda costa. Finalmente, los rusos causaron más bajas pero los aliados conservaron el puesto, así que puede entenderse como un empate. Aunque ambos bandos lo definan como una victoria propia.

Sin embargo, lo más interesante de esta contienda sería, por un lado, la "Carga de la brigada ligera" y, por otro, la "Delgada linea roja".


El primero es uno de los hechos bélicos más famosos de la Historia. La carga de 671 jinetes de diversos regimientos de Dragones Ligeros, Lanceros y Húsares al mando de Lord Cardigan contra una posición de artillería rusa. Algo que podría entenderse si no fuera porque aquella se encontraba en lo alto de una colina y defendida por más posiciones de artillería e infantería. Todo se saldó con una masacre británica que tuvo un resultado estratégico muy limitado.

Sin embargo, me interesa un poco más el segundo por ser un hecho menos conocido. Al amanecer, 2500 jinetes rusos (cosacos y húsares) cabalgaban hacia el campamento británico en Balaclava. Entre ambos sólo se interponían 500 hombres de 93º Regimiento de Highlanders, vestidos con su uniforme tradicional escocés. La posición más adecuada para resistir una carga habría sido en cuadrado de cuatro filas de profundidad. Pero no había suficientes casacas rojas para esa maniobra y el oficial del regimiento decidió establecer una linea doble que llegó a hacer tres descargas contra la caballería que se aproximaba.


Todo estaba sentenciado para los Highlanders pero la fortuna estuvo de su lado. A pesar de que las bajas causadas a los rusos fueron muy pocas, estos emprendieron la retirada antes de cargar.

¿Por qué? Muy facil, la historia dice que el oficial ruso que lideraba la carga vio tal insensatez en las filas británicas que sólo pensó que debía tratarse de una trampa. Nadie estaría tan loco como para intentar parar una caballería con doble fila y sin cuadrado. Lo que no sabía era que a los británicos no les quedaba otra opción que intentar morir con las botas puestas.

Un saludo

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