domingo, 9 de octubre de 2011

El Trasgo

Hablando ayer sobre la calidad de un trasgo pintado en la pared de un bar, la conversación derivó hacia cuál sería el origen de este ser mitologico. La Wikipedia salió a nuestro auxilio tan rápido como un movil se posó sobre la mesa y nos aclaró su nacimiento mitológico como celtico y noreuropeo. Algo lógico estando presente mayoritariamente en las tradiciones de la Cornisa Cantábrica.

Sin embargo, esa breve duda me generó una curiosidad aún mayor pues, a pesar de haber vivido y estudiado en Asturias, desconozco los detalles de mi propia mitología. Una breve investigación con el auxilio de Google me ha llevado a tener una idea bastante aproximada sobre el Trasgu.

El personaje más famoso de la mitología asturiana es realmente un ser hogareño (aunque muy presente en tiendas de recuerdos transformado en figurita). Se presenta en el hogar cuando la lumbre está encendida y entonces no hay quien lo saque de allí.

Aunque no he tenido la suerte o la desgracia de ver a ninguno por mi salón, el mito lo describe como un enano de no más de 80 cm de estatura, cojo, boca desproporcionada, nariz aplastada y pequeños ojos. Sin embargo, lo más característico seguramente sea su mano izquierda agujereada e ir vestido con traje y gorro rojos.

Pero la pregunta es ¿son buenos o malos? Pues depende. Si están de buen humor y lo tratas bien lo encontrarás ordenando la casa, limpiando,... pero esto suele ser pocas veces. Lo más normal sería sufrirlo, pues romperá o descolocará las cosas, alborotará al ganado (o a los animales de compañía, porque hoy en día ganado hay más bien poco), producirá ruidos por la noche,... Vamos, todo un encanto y encima sin pagar el alquiler.

Y aunque entrará en casa con mucha facilidad, echarlo de ahí será cosa dificil pues aunque nos mudemos nos seguiría. Lo que has de hacer si tienes la mala suerte de tener uno a tu lado es mandarle hacer algo imposible, como recoger granos de arroz o trigo del suelo. Como tiene la mano agujereada no podrá y se marchará avergonzado (se ve que no conoce el recogedor, pero no se lo digais por si acaso). Otra forma, para quien tenga ganado, sería pedirle que lave una oveja o vaca negra hasta volverla blanca. Como le será imposible hacerlo se marchará avergonzado.

En la actualidad, si escuchamos un ruido de noche no pensamos en que sea un trasgo (más bien pensamos en fantasmas o ladrones, según si has visto el Telediario o Cuarto milenio). Pero hasta bien entrado el siglo XVII era una creencia muy extendida por gente tanto letrada como iletrada. Y si en vez de llamarlo trasgo lo llamamos kobold, goblin, lupin o alguno de sus variados nombres encontraremos mitos similares en casi toda Europa occidental.

Así pues, no os asusteis mucho si a vuestro lado aparece un enano cojo y vestido de rojo. A no ser que lleve una navaja, en ese caso sí podeis asustaros y darle el reloj y la cartera; pero lo más seguro es que en ese caso no estaríamos hablando de un trasgo.

Un saludo

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