miércoles, 26 de marzo de 2008

Sobre los blogs

Hace unos días leía en el periódico un titular que me llamó la atención y me hizo reflexionar. Debía de ser un pequeño artículo de opinión porque, la verdad, no era muy extenso ni estaba en primera plana. De hecho, yo no leí mas allá de las letras en negrita, las cuales decían, más o menos, lo siguiente: “Un blog sin firmas no es un blog”.

Son sólo ocho palabras pero están cargadas de un gran significado. De ellas se puede extraer una rápida definición de lo que es un blog (o lo que el autor de esas líneas debe entender como tal), una especie de mostrador donde el bloguero expone sus ideas. Pero, al igual que en una frutería, se destina a que el público la vea, evalúe y, si le interesa, lleve a cabo un intercambio (comercial en el caso de la frutería y de opiniones en el caso de un blog).

Yo discrepo de esa idea. No creo que se pueda medir la calidad de “La Posada del Sabio” en base al número de firmas. De hecho si es así mejor lo cierro. Entiendo que lo esencial para que haya un blog no es que tenga miles de firmas, sino buenas entradas. Entradas que expresen algo, que aporten algo al lector. No necesariamente han de ser textos dignos de un premio Nobel, pero si mínimamente bien redactados y en los que se aprecie un cierto trabajo por parte del autor. Estas son unas breves normas de estilo que yo intento poner en práctica en la Posada.

Con esto no quiero decir que desprecie las firmas que son hechas en esta humilde página, las leo todas y hasta la última de ellas es tenida en cuenta. A través de esa plataforma sé si lo que he escrito ha gustado, conozco nuevas opiniones o incluso críticas. Entro en contacto con algunos de los lectores a los que el texto les ha interesado de alguna manera y han considerado oportuno expresarse.

Por ello, quiero dedicarles esta entrada a los que han firmado alguna vez, y sobre todo a los que firman con asiduidad. Todos ellos son pocos, para qué nos vamos a engañar a estas alturas de la película, pero cada firma es un nuevo tesoro que permanecerá en la Posada. Pero también quiero agradecerles a los lectores anónimos, aquellos que no firman pero si leen mis escritos, por haberse interesado en lo aquí publicado y como siempre invitarles (que no obligarles) a firmar.

Un saludo.

miércoles, 19 de marzo de 2008

10000 BC

Últimamente las grandes productoras de Hollywood están llevando a cabo películas épicas e históricas (más de lo primero que de lo segundo, por cierto), una tendencia que veo como algo notoriamente positivo aunque simplemente se trate de una tendencia de moda. Estoy seguro que en unos años volverán a hacer películas bélicas, de fantasía o de superhéroe; por ello he de aprovechar todas las que salgan ahora.

La última de ellas ha sido “10.000 BC”. Ambientada en esa fecha relata la epopeya de D`Leh, un cazador Epipaleolítico (de finales del Paleolítico para aquellos que no estudian Historia, jaja) del centro de África que viaja hacia el norte para liberar a su tribu, presa de unos cazadores de esclavos. Entre los capturados se encuentra la joven Evolet, a quien las profecías designaron como futura esposa del salvador de la tribu.

Es un argumento, a priori, interesante. Intercala momentos de conflicto bélico con otro más sentimentales entre los protagonistas; todo ello ambientado en grandes parajes africanos sobresalientemente escogidos y que dotan de un aura de grandiosidad a la película.

Aunque algo lenta en ocasiones, la cinta permite seguir el desarrollo de los acontecimientos sin caer en la monotonía o el aburrimiento. Ahora bien, para ello hemos de tener presente que no va a ser un argumento del tipo “nos atacan, destruyámosles”. Esto no es “Jungla de cristal” o “300”, la película necesita y presenta un nudo argumental en el que el personaje principal reúna unas fuerzas suficientes como para enfrentarse a su enemigo y el espectador deberá tener eso presenta, pues de no ser así, seguro que a la mitad se aburrirá.

La gran pega que se le puede hacer en este aspecto es que la historia en su conjunto es casi totalmente idéntica a la de otra gran película actual: “El guía del desfiladero”. En ambas se ambientan en un entorno natural donde habita una población de la Edad de Piedra (indios americanos en el caso de “El guía del desfiladero” y cazadores Paleolíticos en esta película) donde un grupo de asaltantes esclavistas capturan a una gran parte del poblado del protagonista, quien se salva de alguna manera; aparece en ambas algún personaje ajeno a esa comunidad pero que convive con ellos y resulta determinante para la historia; el enfrentamiento final, en el que se libera a la tribu, tiene lugar en una gran ciudad,…

Son pues demasiados puntos en común entre ambas películas. No obstante, en 10.000 BC aparecen otros aspectos que aunque secundarios me parecen dignos de ser señalados:

- Por un lado el gran trabajo realizado para crear animales como los Mamuts o el Dientes de sable, realizados completamente por ordenador pero que parecen reales tanto gráficamente como en sus movimientos.

- También el papel principal de las leyendas en el nudo argumental, un elemento cada vez más en desuso dentro de las sociedades actuales a raíz del desarrollo científico pero que en el pasado (incluso no muy lejano) podía determinar completamente la actuación de toda una comunidad.

- El encuentro entre los cazadores paleolíticos y una población neolítica al norte es uno de los momentos que me gustó. La película adolece de tener pocos elementos históricos en su argumento (hablando en plata, mete algunas patadas bastante gordas en favor de un resultado épico) e incluso alguna teoría más propia de la ciencia ficción, por lo que no debe verse como un documental, ni siquiera para hacerse una idea de cómo podía ser la vida en esa fecha. Es más una película del género fantástico que histórico. Sólo algunas cosas pueden estar correctas, como el que sea el mejor cazador quien suceda al anterior jefe tribal, pero muy pocas más. Podría estar hablando largo y tendido sobre los errores en este aspecto, pero como es posible que con ello descubra algo del argumento lo dejaré para una próxima entrada en este blog. Lo que sí quiero dejar claro es que, dentro de una película interesante para el gran público se puede ser más o menos fiel a la Historia (vease 300 como ejemplo de ello).

Gráficamente si es una gran película. Los cambios de escenario están muy logrados a través de un cambio general en la tonalidad de la fotografía y los momentos en que la acción se desarrolla de noche, hay una penumbra que permite seguir los movimientos de los personajes. Se emplean encuadres generales muy apropiados para algunas escenas en exteriores que dan una sensación de la libertad al espectador a la vez que lo deslumbran con los bellos paisajes en que la acción tiene lugar, pero también se emplea la corta distancia y el barroquismo en la decoración en los momentos en que precisamente es eso lo que se desea transmitir, una situación verdaderamente agobiante. A la hora de seguir el desarrollo de la acción, la situación de la cámara y la velocidad de cambios de ésta no genera confusión, salvo en el combate que tiene lugar entre las hierbas altas, pero sin duda ello responde también a una intención clara de transmitir el desconcierto que sufren los personajes en ese momento.

Así pues, 10.000 BC es una película técnicamente sobresaliente pero que no aporta nada nuevo argumentalmente hablando y en la que se podría haber añadido algo más de veracidad histórica. Está bien para pasar un buen rato y puede ser vista sin pensar que se a desperdiciado tiempo y dinero.

Un saludo