domingo, 17 de mayo de 2009

Terraformación

Aún recuerdo cuando comenzamos a pensar en este lugar. Primero fue una empresa personal de cuatro lunáticos, nosotros solos comenzamos a recopilar información del terreno, del clima, de posibles contingencias,... Cuando nuestro proyecto salió a la luz el Gobierno Colonial lo desestimó, tachándonos poco más que de locos. Y en cierto modo lo eramos, cuatro locos con un sueño.

Individuos privados nos brindaron las naves necesarias para el trayecto. Transportes de personas y materiales de todo tipo, factura y origen: desde pequeñas máquinas sin soporte vital propio hasta grandes cruceros de miles de toneladas. Era una huida, un éxodo de 1200 personas desde el bullicio comercial, fanático y belicista en que se habían convertido el Imperio Terrícola, tanto la metrópolis como sus dos colonias. Lo que nació generaciones atrás con el objetivo de ser una sociedad utópica, libre de ataduras del pasado, cohesionando a poblaciones desunidas, se volvía todo lo contrario. El poder ya no lo ostentaban quienes más conocimientos tenían, sino aquel cuyas acciones fuesen más rentables o consiguiese sobornar al número necesario de electores.

Por eso huimos.

Nadie antes que nosotros había tocado el suelo del planeta, alguna nave científica había aterrizado pero en demasiados pedazos como para seguir siendo operativa. Nosotros habíamos prevenido de ello a nuestros colonos, permitiéndoles abandonar antes de partir, pero ninguno lo hizo, todos preferían arriesgarse aquí antes que permanecer allí.

El aterrizaje fue aún más duro de lo que esperábamos. Los primeros niveles gaseosos estaban tranquilos, pero en el sexto un cambio en la dirección de los vientos desestabilizó las naves más antiguas. Aquellas que no contaban con el sistema de estabilización adecuado comenzaron a girar en barrena y sólo la pericia de algunos pilotos logró salvarles. No lo lograron otras... Desde entonces me prometí jamás olvidar a esos 712 colonos que no llegaron... Y aún mantengo esa promesa.

Superado el bache y aislados al fin, sólo teníamos una opción: comenzar nuestras nuevas vidas. Por suerte los Cuatro habíamos sobrevivido al salto dentro de la atmósfera y no tardamos en ponernos al trabajo. Concretamos nuestro plan maestro: primero levantaríamos una ciudad, capital del planeta, para después comenzar a extendernos por el planeta. En el momento que la supervivencia de los colonos estuviese asegurada intentaríamos llevar a cabo la terraformación para no tener que vivir siempre bajo las cúpulas de policarbourato, para poder respirar aire puro.

Y así nos repartimos las tareas: Oskii, comandante del “EntreBytes”, levantó nuestros edificios y diseñó las vías por las que nos moveríamos; Koi Koi no sólo los decoró, sino que desde la nave “Escombros” formó a los futuros artistas de nuestra sociedad, dando así belleza a la monotonía del planeta que nos rodeaba; Yeps, capitán de la nave [FsP], se encargó de la red informática y de comunicaciones, sistemas básicos para mantener nuestra nueva sociedad en funcionamiento; y a mi me concedieron el papel de poner por escrito toda nuestra naciente historia, coordinar la expansión de nuestras nuevas colonias y asegurarme de que los colonos aprendiesen los saberes básicos para la sociedad.

Una gran sorpresa supuso para nosotros la llegada de una segunda oleada de colonos, de nuevo por iniciativas privadas; el nacimiento de los primeros colonos en el planeta e incluso una tercera oleada. La terraformación estaba ya bastante avanzada y podíamos establecer cultivos fuera de las cúpulas a pesar de que no eramos capaces de sobrevivir más de tres horas allí.

Pero desde entonces todo a cambiado. Quizás demasiado...

5 comentarios:

  1. ¡Oh, qué grande! ¡Cuánta ciencia-ficción! Esto podría desarrollarse hasta escribir una novela, es más, espero que lo hagas. Bueno, quizá no una novela, pero una serie de relatos cortos... estaría genial. Me ha encantado, que lo sepas, lo bueno se hace esperar, ¿no?
    PD. Parece ser que el bebercio de ayer no mató neuronas suficientes, porque seguimos en activo xD

    ResponderEliminar
  2. No hay prisa, dura es la vida del estudiante con cada vez menos neuronas.
    ¡Pero trabaja duramente en ello! (Sin presiones xD).

    ResponderEliminar
  3. Gran relato, mola :)

    Noto cierto nostalgia por Plutón BRBnero XD

    ResponderEliminar
  4. Vicente era todo amor, a mí me encantaba, era tan educado... ay!
    Pasará largo tiempo hasta que yo juege otra vez a pollito xD

    ResponderEliminar
  5. Jajaja, me recuerda a cierto relato piratil...
    Muy bueno.

    ResponderEliminar