miércoles, 4 de marzo de 2009

Becario

Todo comenzó el lunes cuando recibí una llamada para informarme de que finalmente me habían concedido la Beca de colaboración con la Biblioteca universitaria (la tercera beca que me dan en veinte años). Mi alegría por ello puede ser imaginada, tanto que incluso durante la noche tardé bastante en lograr dormir por los nervios. La información que me dieron en la llamada fue más bien escasa, simplemente “debe estar mañana (martes) a las 10 en el Edificio Histórico para la asignación de la beca”. Más misterioso imposible.

Y tal como me dijeron, allí me presente. Incluso llegué pronto, pues más vale eso que no llegar tarde. El resto me recordó en cierta manera a un videojuego. Eramos unas 16 personas en el pasillo donde no tardó en aparecer una señora que nos saludó, pasó lista y nos dio un papel con información telegráfica sobre las plazas vacantes y los horarios (y por telegráfica me refiero a: Biblioteca – Campus – Plazas - horario de mañana/tarde). Para mi alegría hay varias plazas en mi campus, pero sólo una me viene bien por el horario. Bueno, más bien dos, pero una de ellas era el Instituto Feijoo de Historia Moderna, y si no voy por clase que encima tenga que ver a las profesoras allí... Lo dicho, después de esa plaza había tres en la central (donde estábamos en ese momento) que también me interesaban, después irían otros campus, pero yo estaba cuarto en la lista para elegir (y que luego me digan que tener buenas notas no sirve para nada...) así que alguna de esas plazas sería mía.

Tras diez minutos en el pasillo para analizar las opciones, nos llevan a una nueva sala, el despacho del jefe de todas las bibliotecas, seguramente la sala más bella que yo halla podido ver en la universidad: paredes cubiertas de libros (como toda buena biblioteca) con dos pisos y la típica escalera de caracol para ir al de arriba, lujosa mesa, varios butacones sobre la alfombra frente a una ventana con cristalera,... Precioso, yo de mayor quiero un despacho como ese. Es más, quiero ese despacho.

Nos da una charla sobre la beca y los destinos que había, tras lo cual un turno de ruegos, dudas y preguntas y al lío, a elegir la plaza que queríamos. Cuando me tocó a mí la de mi campus ya estaba cogida, así que me servía cualquiera de la Central. Escogí una más bien al azar. Tras ello un segundo turno de ruegos, dudas y preguntas y cada uno a hablar con su jefa.

El departamento donde está mi beca se encuentra bastante cerca de ese despacho (sólo tres salas más lejos) y, por lo que me explicaron no está tan mal como podría parecer. Tendré que emplear mucho la informática, sobre todo el correo electrónico, para funciones administrativas: responder a consultas, gestionar prestamos interbibliotecarios, salidas de libros de las bibliotecas,... Parece sencillo y muy mecánico, lo cual no tiene por que ser necesariamente malo.

En cuanto al horario tuve bastante libertad para elegirlo. Debía ser por la mañana, con lo que no puedo ir a la mayoría de las clases pero, total, tampoco lo hago mucho ahora, así que no pierdo tanto. Tengo los martes libres, que es cuando más clases tengo y así puedo estar al día de como van avanzando y poder completar los huecos. Las horas de ese día las asigné a miércoles, jueves y viernes. Además las tardes las tengo libres.

Y dentro de un mes a cobrar como todo buen trabajador. No está mal, son unos 200 euros al mes. Lo suficiente para poder hacer algún viaje en verano y comprar algo que se me antoje hasta entonces.En definitiva, de momento estoy contento con la beca. Espero poder compatibilizarlo bien con el estudio.

Un saludo

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